miércoles, 31 de diciembre de 2014

Capítulo once.

''Imposible es imaginar 
el poder estar con alguien más
te mantienes constante en mi mente
y al hacerlo me recorre un hormigueo
que en la orgía más espesa
ni en un mar de caricias se pueden confundir
tus manos en mi piel
tienes la medida exacta y el roce perfecto
para hacerme sentir''

 Estaba en mi casa leyendo poemas eróticos, ¿el por qué? ni idea, solamente me apeteció buscar algo interesante que hacer y es lo primero que se me pasó por la cabeza. 

Quizás me estaba volviendo loca y no era culpa mía sino de un gilipollas teñido de rubio. No sabía el por qué de mi comportamiento lanzado ni de mi mente tan oscura, yo que siempre he sido una mujer tranquila, alegre y de mente pura, vale, quizás lo de pura no tanto pero ahora todo ha dado un giro de 180º por culpa de él. Mi conciencia estaba día a día ahí para tocarme los ovarios y hacerme recordar todo. 


''Esperemos que sea cierto y estés preparada''
''Que bien suena mi nombre en tu boca de esta manera''
''Hazlo sobre mí'' 


Debía parar de pensar justo en ese momento, tenía que borrarlo de mi mente como fuera pero era difícil ya que tenía que verle bastantes días la cara al que ha causado todo esto en mí.


Esto te pasa por no tener novio
– Que te calles
Te jode que te lo diga porque es la verdad
– He dicho que te calles idiota
Yo solamente digo lo que piensas


Y era verdad. Que vida más desgraciada podía llegar a tener, tengo veinticinco años y estoy más sola que la una. A este paso encontraré pareja a los cuarenta y no podía permitir eso, Bea tenía razón en lo de que necesitaba un polvo aunque miradme me estoy volviendo loca. El problema de ahora es como narices voy a conseguir mirar a Carlos a la cara sin que me den ganas de tirármelo en el momento.


Me apunto en la mente el poder controlarme, no sé si podré pero apuntado está y eso es lo que importa. Las clases con Carlos no han vuelto a ser lo mismo después de lo ''nuestro'' y es lo más incómodo del mundo, quiero hablar con él pero ¿cómo lo hago? mi corazón me va a mil cuando le veo o como mi conciencia dice ''tu corazón está bien quieto, a ti lo que te va a mil es el coño'' que también pero quien sabe ¿no? dios que lío.


***


Sábado, nueve de la mañana.


Me desperté con la menor gana posible pero tenía que levantarme, hoy debía ir a vender mis cuadros para que sean expuestos en la galería de mi tío. Pensaréis ''Oh Carlos tus cuadros van a estar en una galería, siéntete importante'' si pero no, la galería de mi tío es lo más básico que puede haber hasta ahora pero lo mejor que me viene en estos instantes para poder pagar la hipoteca. Me levanté de la cama y me di una ducha lenta, tenía que despejarme rápido y lo sabía pero mi vagueza me lo impedía. Salí con la toalla en la cintura y decidí la ropa que me iba a poner, algo sencillo, unos vaqueros rotos, camiseta de manga corta gris, chaqueta de cuero y una de mis bandanas de colores, me había vuelto un loco obseso con ellas pero sabía controlarme ¿o no? con _____ no me controlé....

_____ de nuevo en mi mente, ¿por qué no podía sacarla? era una mujer atractiva eso había que decirlo pero he estado con más mujeres y nunca me había pasado esto, mi puto miembro se pone feliz cada vez que la ve y es algo complicado bajar su felicidad. 

¿Qué habré hecho yo en otro mundo para merecerme esto? 

Sacudí mi cabeza y me vestí, cogí mis cuadros, las llaves del coche, las de casa y cerré la puerta saliendo a paso rápido ya que me tenía que dar muchísima prisa. 

Esto te pasa por ser un puto vago de narices
– ¡No empecemos!.- me grité a mi mismo, me estaba volviendo loco de los pies a la cabeza.
Esto empezó desde que ella entró por la puerta de tu casa
– ¿Qué tiene que ver ahora _____?
Todo
– Lo que digas


***


No tenía mucho que hacer hoy pero me apetecía salir con otras dos personas que considero también buenos amigos. Me vestí con unos vaqueros rotos, un top que llegaba hasta un poco más arriba del ombligo y unas converse. Cogí el bolso y salí en busca de estas dos personas "misteriosas". No habíamos quedado muy lejos - cosa que agradecí- pero todavía tenía que adentrarme más en esta ciudad. Llegué a la puerta del sitio donde habíamos quedado Lourdes, a la que yo especialmente llamo Lou o mi querida zorra y con Miguel. Esperé unos minutos y noté un aliento en mi cuello.

– Tía buenaaaaa.- escuché una voz femenina
– Algún día te voy a meter un guantazo por hacerme este tipo de cosas.-reí 
– Encima que te hago un cumplido todavía te quejas.- levantó una ceja
– Aquí Miguel invisible se manifiesta.- les di dos besos a cada uno
– Contadme ¿qué tal os va todo?.-pregunté mientras nos dirigíamos a nuestro destino, elegido por Miguel o Mickey como yo le llamo a veces.
– A mi me va genial, he encontrado un trabajo en el que me pagan de puta madre y.- hizo una pausa
– ¿Yyyy?
– Que tiene novio.- dijo Mickey que al segundo se llevó un sonoro golpe en el brazo 
– ¡Eso ha dolido!
– Te jodes, por no dejarme decírselo
– ¿Cómo se llama?.- pregunté interesada
– Álvaro.- sonrió mordiéndose el labio.- ya te lo presentaré, está para comérselo.
– Y tanto, que pena que no sea gay.- bufó Mick y reímos.- No sé de que os reís estúpidas, estoy más solo que la una
– Eso ya lo sabíamos tontaina.- contestó Lou riendo.- pero bueno dejemos a mi Álvaro tranquilo y cuéntanos ¿qué tal te va a ti?
– Me va bastante bien, estoy dando unas clases de pintura.- sonreí
– ¿Es profesor? si lo es preséntamelo, quizás sea gay y así le hago un favorcillo
– Te puedo asegurar que no es gay
– Eso es que se lo ha follao ya.- carcajeó Lou y no le faltaba razón, todavía me venía a la mente nuestro asunto y sin saber por qué los calores me subían, contrólate _____.
– Se le están subiendo los colores a la guarrilla esta, y yo que pensaba que era una santa.- volvió a reír Lou
– Dejemos el tema y entremos, hemos llegado al sitio que os quería enseñar

***

Entramos y quedé totalmente alucinada. Era una exposición en una pequeña galería. Que bien me conocía Mickey y se lo agradecía, no podía haber acertado trayéndonos a este lugar.

– Yo no entiendo nada.- comentó Lou de repente
– ¿El qué no entiendes?
– Todo esto, no entiendo que tienen unas simples pinceladas para que se considere una obra de arte
- eso me tocó un poco la vena
– Cada persona se expresa de una manera, quizá para ti no tenga sentido alguno pero créeme que si te interesaras un poco más entenderías este mundillo.- dije despreocupada y continúe observando estos cuadros.

***

Estaba en la parte trasera de la galería donde estaban todos los cuadros, esculturas u otro tipo de obras de más personas. Me traje cuatro cuadros con el propósito de que llamasen la atención por lo que transmitían y estaba seguro de que uno de ellos lo haría. Salí de la parte trasera y entré en la exposición para colgar esos cuatro cuadros que yo pinté con mis propias manos.

***

Me encantaban, estaba completamente enamorada de cada metro cuadrado de este sitio, por pequeño que fuera reflejaba lo que en verdad es una exposición de arte. Seguí ojeando un poco más y me quedé de piedra al ver ese cuadro, no podía ser. 

– Yo lo mato.- susurré
– ¿A quien vas a matar?.- preguntó Mick pero no respondí, le busqué con la mirada y allí vi una cabellera rubia a la que en cero coma iba a arrancar. Aceleré el paso, agarré su chaqueta y le empotré con la pared.
– ¿Qué cojones hace ese cuadro aquí?
– Wow que humos.- sonrió, esto no iba a acabar bien. Estiré de su chaqueta y yo misma le llevé detrás de todo esto, al almacén.- tranquilízate un poco.- sacudió su chaqueta 
– ¿Tú eres gilipollas o naciste ayer? 
– Ninguna de las dos.- volvió a sonreír
– Te juro que como vuelvas a sonreír te corto los huevos
– ¿Sonreír cómo?.- se acercó a mí hasta mantener una distancia.- ¿así?.- y lo volvió a hacer
– Tú te lo has ganado.- le agarré del paquete con todas las fuerzas posibles y noté una mano ahí abajo. Será hijo de puta.- aparta tu mano de mi coño ahora
– Aparta tu la tuya de mis huevos

Esta situación era de lo menos normal y lógica que podía haber. 

– ¿Quién coño te crees que eres para tocarme?.- escupí
– No sé, dímelo tú señorita multiorgasmica.- retorcí mi mano y él la suya, me estaba matando.
– A este paso me vas a explotar un huevo y no guapa no.- el muy gilipollas se tomaba todo esto a cachondeo y me estaba tocando bastante la moral.
– Te he dicho que me sueltes
– Como digas.- su fuerza fue disminuyendo pero no apartó su mano cosa que ya me estaba cabreando
– ¿No entiendes el español o qué?.- agarró mi mano derecha que estaba en sus partes y la apartó.
– Esta me la pagas.- en un abrir y cerrar de ojos estaba contra la pared con las dos manos sobre mi cabeza sujetadas con su mano derecha. Su mano izquierda seguía ahí pero acariciando suavemente por encima del pantalón y en este mismo momento quería matarle.
– Suéltame.- conseguí susurrar pero no me hizo caso.- Carlos, suéltame.- su mirada se cruzó con la mía y joder... ¿por qué tenía que ser tan jodidamente complicado? estaba cabreada de eso no tenía duda pero las ganas de que me hiciera suya en este almacén podían más conmigo y aquí es donde me doy cuenta de que más bipolar que yo no se puede ser pero a tomar por culo que me folle aquí mismo si le da la gana, yo sabía que aunque quisiera resistirme mi cuerpo haría todo lo contrario. Su mano desabrochó mi pantalón y se adentró pero por encima de mi ropa interior, manos de santo cero. Noté mis manos atadas a algo y así era, me  ató con su bandana.

– Así estás más a mi disposición.- me guiñó un ojo
– Me estás..- me calló con un beso fuerte, pedía demasiado. Una de sus manos se proponía adentrarse en mis barrios bajos por decirlo de alguna manera. Sentía mis piernas flaquear y no entendía el por qué, Elías ya me había tocado ahí cuando estábamos juntos y nunca me había pasado esto.  Se alejó de mí y empezó a reírse, ¿qué?

– Mírate, estás deseando que te folle aquí mismo
– Quizás eres tú el que quiere follarme a mí.- ¡ZAS! _____ 1, Carlos 0
– Tus ojos no dicen lo mismo y parece ser que tu cuerpo tampoco.- mierda.
– Más quisieras.- aparté la vista pero el mismo hizo que volviera a mirarle 
– Volverá a pasar y eso lo sabes
– Jamás voy a volver a acostarme contigo, no eres nada del otro mundo.- me cogió por la cintura y se acercó a mi oído 
– Veremos cuando me pidas suplicando que te bese o te acaricie, o mejor aún.- hizo una pausa.- veremos cuando me pidas que te de todo lo que yo sé.- susurró, echó su mirada hacía abajo, me subió los pantalones y los abrochó como si fuera lo más normal del mundo.- ahora me voy guapa, tranquiliza esas hormonas.- me guiñó un ojo y me dejó ahí con las manos atadas. 


– Será capullo.- dije antes de desatarme la bandana con la boca
Será todo lo capullo que tú quieras pero que cachonda me ha puesto hasta a mí.- dijo mi conciencia 
– No me toques el coño
De eso ya se ha encargado él

ZAS de nuevo. 

¡Mierda! Lou y Mickey. Salí del almacén y estaban ahí sentados en unos asientos que había.

– ¡Aparece la diosa del Olimpo!
– ¿Se puede saber quien es ese y qué habéis hecho ahí adentro?.- preguntó Lou 
– Es un capullo, en cuanto le vuelva a pillar se caga.- estaba enfurecida
– ¿Eres paleta?.- me preguntó Mick
– No me vaciles Miguel ¿y a qué viene eso?
– Abróchate la bragueta.- rieron los dos.- vaya ese capullo te ha dejado bien puesta en tu sitio.- comentó Lou
– Vayámonos de aquí por favor, ya he tenido suficiente

***

Llegué a casa y lo primero que hice fue darme una ducha, quería sentirme limpia.- bajarme el calentón.- y quitar todo el rastro de sus roces. Me había dejado con ganas de más y odiaba que me dejaran a medias. Puto rubio de mierda, bueno que ni siquiera es rubio pero lo de subnormal lo tiene. 

Me enjaboné y lavé todo el cuerpo, salí con una toalla y me puse el pijama. Necesitaba descargar mi ira y que mejor manera que haciendo lo que más me gusta, fui a mi habitación, encendí el ordenador y puse música, en especial una de mis canciones favoritas en este momento, crazy in love de beyoncé. Puse un lienzo nuevo en el caballete y ahí empecé a desahogarme lo mejor posible. Mis pinceladas iban al ritmo de la música.