Capítulo ocho.

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Pasaron unas semanas y las cosas se iban a complicar un poco.

Definitivamente me atraía y eso me asustaba. No quería tener nada con él, además tampoco dejaría que fuera a pasar algo como la última vez.

– _____ las pinceladas más suaves, estás pintando no linchando a alguien
– No me presiones por dios.- hoy no era uno de mis mejores días y Carlos no me lo estaba poniendo nada fácil.
– Sin presión no hay resultado.- reí
– Ya lo sé pero es que tu presión es de las dos formas, no sé si me has entendido
– Si te he entendido
– Entonces genial, ahora déjame hacer esto con tranquilidad y espacio.- resalté la palabra espacio ya que casi siempre estaba encima mío y me ponía nerviosa.
– De acuerdo.- bufó y sonreí


Dejé a medias el cuadro en el que estaba trabajando y decidí salir al balcón para airearme un poco y para fumar. Me apoyé en la barandilla con el cigarro entre los dedos y expulsé el humo.

– Estás empeorando.- miré a Carlos con expresión de ''eres gilipollas''
– Quizás eres tú el que no sabe enseñar.- sonreí falsamente.
– O quizás eres tú la que no sabe pintar.- ahí si que me cabreó, tiré el cigarro y me puse en frente de él.-- ¿tú eres tonto o cómo va esto?
– Ya te estás poniendo agresiva.- río y le pegué una bofetada. Vi como se tocó la mejilla y sonrió de lado.
– Eres gilipollas
– Cállate.- me miró fijamente
– Encima me mandas callar, esto es el colmo.
– ¡Cállate!.- posó sus dos brazos uno a cada lado de mi cuerpo y se quedó a escasos centímetros de mí.
– Quítate.- intenté ''escapar'' de su agarre por decirlo de alguna forma pero lo único que conseguí fue que me sujetara de las muñecas y las posara por encima de mi cabeza.
– Mírame
– No
– No seas infantil y haz el favor de mirarme.- desganada le miré y me vi reflejada en sus ojos, su mirada lucía enfadada. Se fue acercando hacía a mi hasta llegar a mi oído.- la próxima vez que me pegues sin motivo alguno.- río.- te enteras de quien soy.- Carlos me soltó y entro dentro de casa para marcharse.
– Imbécil.- susurré, toqué mis muñecas y vi que dejo unas leves marcas en ellas.


…..


Pegué un portazo y me fui de casa de _____. Me tocó bastante los cojones con su puñetero comportamiento infantil y con la bofetada, no tenía ningún derecho ni razones para haberme pegado.

Metí la mano en mi bolsillo buscando el paquete de tabaco y no lo encontré, lo busqué en la chaqueta y tampoco.

– Joder.-maldecía recordando que dejé el tabaco en casa de _____, no iba a volver eso estaba más que claro, ya me compraría otro paquete.


…..


– ¿Qué tal la clase de hoy?
– No lo soporto te lo juro.- suspiré enfadada
– Eh eh ¿qué ha pasado?
– Me ha presionado demasiado y encima me dice que no sé pintar.- reí un poco ofendida
– Ya hablaré con él
– No, no hay nada que tengas que hablar con él sobre lo que ha pasado hoy
– ¿Y qué vas a hacer con las clases?.- me preguntó Bea
– No las voy a dejar pero a la mínima que me toque los ovarios se entera
– Odia que le peguen así que no lo hagas
– Tarde
– No me jodas tía
– Si, le pegué una bofetada por subnormal, me ofendió lo que dijo sabes, pintar es mi pasión y que me venga un gilipollas a decirme que no sé pintar pues como comprenderás las ganas de meterle un guantazo no me las aguanté.
– Ahora debe de estar furioso
– Que esté como le de la gana, no tenía ningún derecho a decirme eso
– ¿No le habrás dicho algo para que respondiera así verdad?
– Me dijo que estaba empeorando y le dije que quizás no sabía enseñar
– ¡Eres imbécil!
– Vaya gracias.- contesté enfadada.- ¿lo estás defendiendo?
– Si, te pasaste demasiado, él se ofreció a darte clases y se lo agradeces de esta manera, no tía, las cosas no son así
– ¡Qué yo recuerde tú fuiste la que tuvo la idea de llamarle no yo, yo no quería a nadie pero como ya sabes estás obsesionada con que me acueste con alguien!
– Dios, si te presiono de esa manera es para que olvides de una puta vez a Elias, te pensarás que soy retrasada o algo pero sé que aún le quieres y ese idiota no es bueno para ti joder
– ¡¿Y qué sabrás tú si él es bueno o no?!
– ¡_____ te puso los cuernos!
– ¡Eso es mentira!
– Por favor, si la chica que estaba con él te mandó millones de indirectas

– Dejemos de hablar de Elias por favor

– Sabes que es cierto

– ¡Basta!.- colgué y me tapé la cara con las manos y suspiré intentando calmarme

…..

Llegué a casa, tiré la chaqueta al sofá y fui directo a la cocina, cogí una cerveza y me apoyé en la encimera, estaba muy cabreado.

Mi móvil comenzó a sonar.

– ¿Qué quieres ahora Bea? no estoy de humor así que sin rodeos

– Ey ey tranquilidad

– No me digas que me tranquilice si no sabes porque estoy así

– Ábreme la puerta 

– ¿Qué haces aquí?

– Vengo a hablar contigo

– ¿Sobre qué?

– ¿Tú que crees?

– Si vienes a tocarme la polla ya te puedes ir

– No te me pongas a la defensiva que nos conocemos

– Suelta ya de que quieres hablar 

– _____.- fui directo hacía la puerta y la abrí.- no me voy a ir si es lo que quieres, vas a contarme que ha pasado con ella ahora mismo.

– Cuando te pones pesada eres insoportable 

– Aún así me quieres

– Bla bla

– Idiota.- me senté en el sofá y el se sentó en el que había frente de mí

– Discutimos y ya está, no creo que haya que contar mucho

– Sé que te pegó

– Oh.- reí.- si si lo hizo la muy estúpida.- me toqué la cara.- y me dolió

– Imagino que dolió, no creo que te vayas a poner a saltar después de una bofetada.- me miró.- aunque de ti cualquier cosa

– Eh soy graciosete cuando hay que serlo pero si me tocas lo que no me tienes que tocar ya sabes

– Te pones como una furia

– Exacto y hoy _____ hizo ponerme así

– Me contó que la ''acorralaste'' en la pared y la cogiste de las muñecas

– Fue un impulso y de eso estoy arrepentido

– Creo que deberíais hablar

– ¿Otra vez? ya hablamos sobre lo que pasó entre nosotros hace un tiempo y todo bien pero míranos ahora, ya estamos discutiendo, la verdad paso de hablar porque de seguro que volvemos a discutir.

– Que negativo eres

– Ya me conoces.- sonreí.- ¿quieres quedarte a cenar?

– Está bien pero pedimos pizza

– ¿Qué si no?.- reímos los dos

.....

Estaba tirada en el sofá sin saber que hacer, eran las 22:35, ya habían pasado dos horas desde que Carlos se fue y desde que hablé o discutí con Bea, hoy no era mi mejor día eso esta bastante claro. 

Me levanté y decidí salir a la calle, me aburría aquí y quería conocer más la ciudad en la que estaba viviendo pero no iría sola, sabía a quien podía llamar. 

Marqué su número y al momento me contestó.

– Que raro tú llamándome.- soltó una pequeña risa

– ¿Quieres salir conmigo?.-

– ¿Qué?

– En sentido a la calle, no en el otro.- reí nerviosa

– Oh, claro ¿paso por ti?

– Vale, en veinte minutos salgo 

– Me alegra saber que quieres pasar un rato conmigo

– Ahora nos vemos.- colgué

– Que sea lo que dios quiera.-dije para mi misma.


Me vestí con unos pitillos desgastados, una blusa blanca y unas vans negras. Opté por no ponerme mucho maquillaje, solamente la raya y pintalabios. Me eché acondicionador en el pelo, lo peiné y salí del baño. Cogí el bolso y metí el móvil, dinero y alguna otra cosa.

Pasaron veinte minutos, abrí la puerta dispuesta para salir y me choqué con alguien.

– Ey cuidado.-sonrió
– Lo siento.- me disculpé cerrando la puerta de mi casa
– No te preocupes.- contestó con ternura.- y dime ¿a dónde vamos a ir?
– Podríamos ir a tomar algo si te parece
– Claro, es una idea genial


.....



– No puedo más.- dijo Bea apoyándose en el sofá
– No me extraña, ¡has comido más que yo!.- reí
– Tenía hambre mala pecora.- reímos los dos
– De eso no me cabe duda
– Dejando las risas cuéntame como te va con las chicas 
– Como siempre, soy demasiado guapo para ellas.- dije con aires de superioridad
– Bájate del unicornio chaval.- reímos
– En realidad no he conocido a muchas chicas que digamos, ya sabes, me paso casi la mitad del tiempo con las clases de _____
– Sé sincero conmigo ¿vale?
– Claro
– ¿Te gusta _____?
– No.- sonreí
– ¿Y por qué sonríes?
– Porque sabía que me ibas a preguntar eso y no, no me gusta, en si la chica es guapa pero no es mi tipo, además su carácter no conjuega para nada con el mío.- hice una mueca
– En el fondo es una buena chica, con el paso lo verás
– Sé que lo es pero su mal humor me cabrea
– Le tocaste la vena malhumorada y actuó así pero que sepas que me pareció mal de lo de la bofetada
– Aún me duele la cara.- reí
– Que tonto eres pero eh, que yo te quiero con esto de aquí.- señaló su corazón
– Oh, que bonito Bea, yo también me quiero
– Estúpido
– Estúpido pero con estilo.- le guiñé un ojo
– Tengo que decirte algo que sé que pasará
– Suelta 
– Acabarás con ella en la cama, lo sé y lo sabes